La conexión con nuestro planeta tierra

Nuestro planeta tierra está cansado y hace esfuerzos sobre naturales por mantener a 7.000 millones de personas sobre su superficie que intentan llevar la producción y su fruto: el consumo a su máxima expresión sin importar porque medio. Por eso, si queremos dejarle algo a quienes vengan después que nosotros, es importante aplicar una política de uso responsable de los recursos.
Planeta Tierra
Foto, Fuente: Pixabay

Nada nos pertenece, solo somos administradores de todo lo que llega y pasa por nuestras vidas. Así como lo recibimos el mundo, tenemos la obligación de entregarlo algún día a nuestros sucesores.

Con la conciencia de que soy un alma desapegada del cuerpo, soy menos atraído hacia las comodidades materiales, lo cual no significa que no valoremos lo que tenemos (sobre todo si hemos trabajado duro para conseguirlo). Sino que reducimos la dependencia y necesidad de estas comodidades y aumenta el contentamiento a través de la meditación sobre el alma. No olvidemos las palabras sabias de Gandhi, “rico no es el que tiene mucho sino el que necesita poco”.

Si olvidamos quienes somos en esencia comenzamos a desarrollar la dependencia psicológica y física de un montón de cosas para satisfacer necesidades y ya no estaremos felices porque surgirá el deseo y su insatisfacción genera ira, pero ¿qué es el deseo? El deseo es avaricia por cosas que no tengo y probablemente nunca tendré. Pero que en mayor medida no necesito, y la prueba cabal de esto es que cuando cambia la escena o situación de la vida entonces el deseo cambia de forma y entonces siento la carencia de otra cosa.

Pero ¿puedo ser feliz satisfaciendo todos los deseos? La respuesta es no, cabalmente, porque se transforma en una carrera loca y cuando un deseo es satisfecho surgen otros tres. La solución para  esto es entonces meditar en que soy un alma y que no soy la imagen que veo todas las mañanas en el espejo al levantarme y que no necesito nada más que amar. No me puedo ver porque soy una energía incorporal, pero esa energía la puedo experimentar a través del tercer ojo y mi relación con El Padre espiritual.

Por eso es tan importante el esfuerzo espiritual, la reflexión y la meditación para tomar conciencia de que soy un alma que en esencia es bella y llena de virtudes y que todo lo que necesito, que es experimentar y dar amor, ya lo tengo en el interior porque yo soy amor.

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Publicado por Mariano Cardillo

Soy empleado administrativo y trabajo como marketero digital a medio tiempo. Practico meditación Raja Yoga en Buenos Aires, Argentina.

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