Las verdaderas necesidades del ser humano

Cuando me veo a mí y a los otros como almas espirituales, con el desapego que obtuve en la práctica de la meditación, experimento que me vuelvo más simple y se reducen mis necesidades. Comienzo a tener conciencia de que calidad es mejor que cantidad.

Foto, Fuente: Pixabay

En cambio la ilusión de que soy un cuerpo y la creciente cantidad de deseos que esto genera me lleva a pensar que la felicidad está en tener cosas y generar con ellas relaciones de apego. Donde hay miedo a perderlas hay apego y la felicidad se hace prácticamente imposible.

El cuerpo es un vehículo, y un vehículo importantísimo, porque gracias a él podemos realizar acciones que nos lleven a alcanzar una mejor calidad de vida. Pero tengo que ubicar al cuerpo en su sitio: “yo soy un alma y este cuerpo es mi vehículo”, “el cuerpo es el vehículo y yo soy el conductor”.

Para esto tengo que desapegarme del cuerpo y poner un punto final a los pensamientos del vehículo y las relaciones que experimento a través de el, por lo menos durante el tiempo que medite. Luego podré experimentar que soy un ser que está separado del cuerpo. El ser que le da vida a este cuerpo, la energía viviente, no física, incorporal. 

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Publicado por Mariano Cardillo

Soy empleado administrativo y trabajo como marketero digital a medio tiempo. Practico meditación Raja Yoga en Buenos Aires, Argentina.

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