Cuándo tengo el poder de discernir puedo alejarme de la acción y objetivamente penetrar en lo profundo de la mente y el corazón para hacer una lectura de lo que está ocurriendo.
Muchas veces queremos discernir pero nuestro vista está nublada, no logramos poner blanco sobre negro, no logramos ver más que a unos cuántos centímetros y eso nos pasa más seguido de lo que quisiéramos.
La solución para esto es el conocimiento espiritual que da Dios, El Padre Supremo / Alma Suprema. Y ese conocimiento empieza por recordarnos quiénes somos cómo seres espirituales. Luego continúa diciéndonos que lo que podemos ver con los ojos físicos, es limitado y perecedero.
Lo ilimitado, lo imperecedero es lo que está más allá de los órganos de los sentidos y por lo tanto podemos penetrar en ello a través del tercer ojo del conocimiento. El tilak del conocimiento. Desde allí podemos ordenar nuestra vida y nuestras prioridades a medida que graduamos nuestra visión, cómo si nos pusiéramos unos «anteojos» con los que ver la vida.
Eso me capacita a sopesar las situaciones, sus pros y sus contras para tomar las mejores decisiones, que me capacitarán a su vez a tener una visión cada vez más ilimitada y de largo alcance. Y todo eso gracias a la espiritualidad. Pero eso será tema de nuestro próximo artículo donde hablaremos del Poder de Decidir.
Por ahora te dejo una meditación del Poder de Discernir. Escuchalo y si te gusta me puedes dejar un comentario abajo.
Olas de paz 